Monday, March 10, 2008
Mi niñez - Caterina Waltz
Era un dibujo especial durante mi niñez que yo pensaba ilustraba a mi familia perfecta.
Una cigüeña que daría una vuelta girando y gritaba “! chico, chica, chico, chica, chico, chico, chico!” La cigüeña traería a siete bebés a mis padres en solo once años. Yo era la número cuatro, la del medio.
Mi padre siempre contaba que él era un Luterano apasionado y que estaba casado con una Católica devota.
Nosotros no teniamos primos pero con muchos hermanos nuestra familia era muy grande.
Tenía solo un abuelo. A él le gustaba tomarnos a la ciudad para visitar el zoológico en el Parque Central, el edificio “Empire State”, y la Estatua de la libertad.
Y él siempre compraba cosas especiales para traer a mi casa.
Yo crecía en un pueblo pequeño cerca de Nueva York. Tengo muchos recuerdos buenos de mi niñez. Mis padres eran agradables y felices.
Mi padre trabajaba en la ciudad y mi madre, como las madres de ese tiempo, era ama de casa.
Mi padre era también un músico profesional. Nuestra casa estaba llena con música y canción. A mi madre le gustaba la música también y sus niños estudiaban música, bailaban y cantaban. Asistíamos a los espectáculos de Broadway y pienso que era la esperanza de mi madre de ver el nombre de uno de los niños arriba en las luces.
No iba a ser pero toda la familia cantaba cuando nos reunimos.
La iglesia era muy importante en mi familia. Yo iba a la escuela primaria Católica. Pero yo asistí a la escuela pública para el colegio. Estudiaba mucho para poder asistir a una buena universidad. Yo quería estudiar tecnología médica pero cambié para estudiar trabajo social después del primer año de la universidad.
Mi niñez feliz terminaba de repente durante aquel año cuando mi madre se murió.
Mi padre estaba casado otra vez aquel año y nos mudamos a otro pueblo. Fue un cambio grande y las cosas no eran mismas. Mi madre, el corazón de mi familia, se había ido.
Caterina Waltz
10 de marzo de 2008
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